Como cualquier niño en la noche de Reyes, los aficionados blanquiverdes creyeron en Sus Majestades de Oriente hasta el último suspiro de eliminatoria. La prórroga, fiel amiga en anteriores noches coperas, llegó esta vez por sorpresa.
Dos minutos separaron a los de Alcaraz de la gloria, de otorgar el mejor regalo posible a una parroquia ávida de sufrimiento. El mejor de los presentes se tornó en carbón en un santiamén, dejando huérfanos de ilusión miles de hogares cordobesistas. Pese a todo, si en las cartas a Sus Majestades más de un aficionado blanquiverde solicitaba casta y entrega, el regalo ya ha sido concedido. Así se puede caer, sea en Copa, Liga o en cualquier bolo de pretemporada en época estival. Algo es algo.
Alcaraz no dio mucha opción a la sorpresa ya que alternó teóricos titulares con hombres menos asiduos últimamente. Fernández disputaría –por mérito propio- su primer encuentro como titular, acompañado por Tena y Agus como parejas de centrales y David De Coz como lateral izquierdo. Iago Beobide y Fernando Usero serían los encargados de llevar la manija de los cordobesistas, mientras que Javi Flores –titular tras superar sus problemas en el pubis- y Arteaga serían los hombres de banda. Charles actuaría de enganche y Díaz de Cerio se las vería de lleno con la tripleta de centrales de los deportivistas.
Por su parte, el vasco Miguel Ángel Lotina –como era prebisible- reservó a varios titulares para medirse a los blanquiverdes. Tras el titánico esfuerzo del pasado fin de semana en San Mamés, y con el FC Barcelona a la vuelta de la esquina, las rotaciones eran de esperar. Manu dio descanso a Aranzubia. La línea defensiva, inalterable en cuanto a su composición. Laure, Ze Castro, Colotto, Rochela y Morel, encargados de mantener la meta inmaculada. Pablo Álvarez, Antonio Tomás, Valerón y Juan Rodríguez terna de lujo para asistir al único delantero nato de los coruñeses, Dioni.
Como era de preveer, los locales se hicieron pronto con el control de partido. Valerón y Juan Rodríguez comenzaron a acaparar la mayoría de esféricos que pululaban por la medular. Fruto de ello, dos acercamientos blanquiazules en apenas seis minutos. El primero de ellos un disparo muy intencionado de Morel, que tuvo de desviar Alberto García a saque de esquina. Posteriormente sería Dioni el que aprovechó una indecisión de Tena para poner en aprietos al meta catalán del Córdoba CF. Más clara, si cabe, fue la opción de Juan Rodríguez. El malagueño, al borde del once de juego, soltó un tremendo derechazo muy cerca de la frontal. El cuero, por suerte, lamió el travesaño.
Pero todas idas, tienen vueltas, y la del Córdoba CF fue de órdago. Un magistral centro de Javi Flores con el exterior fue cabeceado al palo por Díaz de Cerio.
El posterior rechace se topó, nuevamente, en la madera, ya que Rochela en su intento de despeje a punto estuvo de marcar en propia puerta. Esa acción metió el miedo en el cuerpo a los de Lotina, que ya no incomodaron a Alberto hasta las postrimerías de este primer tiempo. Precisamente fue de nuevo Juan Rodríguez –tras una mala circulación de balón de la zaga blanquiverde- el que a punto estuvo de inaugurar el luminoso. Su disparo con la diestra desde la frontal quitó las astillas del poste derecho de la meta de Alberto. No fue el último susto antes del descanso puesto que un error de Agus permitió de nuevo al ex del Málaga CF disfrutar de una nueva ocasión. Alberto García, con una fenomenal intervención, permitió a los cordobesistas marcharse con el empate a los vestuarios.
El segundo acto comenzó de manera totalmente diferente al primero. El miedo a perder la eliminatoria de lado de los deportivistas, y el verse muy metido en la eliminatoria de la blanquiverde, serenó algo los ánimos. Un tanto podría hacer mucha pupa en ambos bandos y eso se notó sobre el verde de Riazor. Como consecuencia, una única aproximación peligrosa en la cabeza de Colotto, que envió el centro de Pablo Álvarez por encima del larguero de la portería blanquiverde.
No se hicieron esperar los cambios en el Córdoba CF. El marcador, aún siendo bueno, no servía para nada. Sesma y Díaz dieron descanso a Javi Flores y Díaz de Cerio, éste último bastante gris en la noche gallega. El de Álmodóvar oxigenó algo la parcela ofensiva de los de Alcaraz, llegando incluso a gozar de una ocasión para meter el miedo en el cuerpo a los pocos aficionados coruñeses que se acercaron por Riazor. No quedó ahí la apuesta de Alcaraz, ya que Agus dejó su sitio a Callejón a poco del final, jugándose el todo por el todo. Defensa de tres, con De Coz, Tena y Fernández.
Y ese susto llegó. Cuando más duele –a dos del final- Arteaga aprovechó un pase de Juanmi Callejón y una genialidad de Charles –que dejó pasar el esférico- para fusilar desde el interior del área de Manu. Éxtasis, delirio y alegría desbordada en la expedición blanquiverde, que arrinconaron al sevillano junto al banderín de córner en la celebración. Pero ya saben señores, siempre nos empeñamos en hacerlo todo más difícil. Una absurda mano de Jonathan Sesma un minuto después permitió a los locales igualar el partido y la eliminatoria. Adrián batió desde los once metros a Alberto Aguilar, que incluso llegó a rozar el cuero en el lanzamiento del delantero deportivista.
Pero ya saben, las desgracias nunca vienen solas. Tena fue expulsado tras realizar una dura entrada por detrás a Valerón. Álvarez Izquierdo no se lo pensó y, quizás de manera rigurosa, mando a la caseta al de Castellón. Vistas las últimas incidencias, lo mejor era que el final llegara y los blanquiverdes se recompusieran tras este final de locos. Y así fue. La prórroga, tercera esta temporada en el torneo del k.o, llegó.
La reorganización táctica de los cordobesistas llevó al canterano Fernández al lateral derecho, a Beobide y De Coz como pareja de centrales y al canario Jonathan Sesma al costado izquierdo. Díficil papeleta. Todo, poco a poco, fue cayendo por su propio peso. El dominio territorial deportivista se acrecentaba y el gol solo era cuestión de minutos. Exactamente, once minutos aguantó la muralla blanquiverde el asedio gallego. Adrián, tras un gran desmarque, se plantó solo ante Alberto García, batiéndolo con un sutil toque con su pierna derecha.
La segunda parte del tiempo extra sobró. El cansancio físico pasó factura y el Córdoba CF apenas inquietó a Manu. El esfuerzo, unido a la inferioridad numérica, nubló las ideas de unos jugadores, que hoy sí, se vaciaron sobre el verde. Álvarez Izquierdo se empeñaba en dar la noche a la expedición blanquiverde y hasta el último minuto barrió para el de casa. En el ciento veinte señaló otra pena máxima por derribo de Alberto a Seoane. El catalán tocó el cuero antes de impactar contra el defensor deportivista. No sirvió de nada y Adrián redondeó su excepcional partido con el tercero de su cuenta particular. La noche de Reyes quedó en noche de sueños, que por desgracia no se cumplieron.
Deportivo de La Coruña 3 – Córdoba CF 1
Deportivo de La Coruña: Manu, Laure, Ze Castro, Rochela, Colotto, Morel (Seoane, m.85), Pablo Álvarez (Desmarets, m.68), Antonio Tomás, Valerón, Juan Rodríguez y Dioni (Adrián, m.59)
Córdoba CF: Alberto, Fernández, Tena, Agus (Callejón, m.80), De Coz, Beobide, Usero, Javi Flores (Pepe Díaz, m.62), Arteaga, Charles y De Cerio (Sesma, m.62).
Árbitro: Álvarez Izquierdo (C. Catalán). Amonestó a los blanquiverdes Fernández, Agus y Charles. Por parte deportivista, mostró cartulina amarilla a Rochela, Juan Rodríguez, Antonio Tomas y Morel. Expulsó, con roja directa, al cordobesista Tena (m.92)
Goles: 0-1 Arteaga (m.86) 1-1 Adrián, de penalti (m.90) 2-1 Adrián (m.101) 3-1 Adrián (m.120)
Incidencias: Partido de vuelta correspondiente a los octavos de final de la Copa de S.M El Rey disputado en el Estadio Riazor ante 5.000 espectadores aproximadamente.
Fuente: minuto90.com
Fotografia: cordobadeporte.com
Parecía tan cerca... Se acabó soñar
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