sábado, 11 de diciembre de 2010

3-1. No somos el Barca B


El Córdoba sigue sumando unos paupérrimos números en las últimas jornadas que lo condenan hacia el abismo. Y lo peor no son los números, lo peor es la imagen de un equipo, ramplón y cobarde. Bien es cierto que a nadie se le escapa que el rival de esta jornada era superior, pero aun así, un equipo tiene que dar la cara y demostrar que la historia no está escrita, sino que se escribe durante los noventa minutos que dura un partido.

El planteamiento de Lucas Alcaraz en este encuentro, con sólo Oriol Riera arriba, era el de no encajar un gol, algo que se antoja complicado cuando te enfrentas a equipos del nivel ofensivo del bético. Ante esto, la única opción que tuvieron los cordobesistas de llevarse algo del renombrado Benito Villamarín fue en la primera ocasión de peligro del partido, cuando en el minuto 6 Oriol Riera envió el esférico al lateral de la red, en una de las pocas aproximaciones de los visitantes a los dominios de Goitia. Desde el pitido inicial eran los locales los que eran dueños del balón, y comenzaban a llegar con peligro a la portería de un muy criticado Raúl Navas, la afición bética no le perdonó el caso Hércules vivido este verano. El Córdoba renunció prácticamente al ataque y buscaba resguardecerse del asedio bético con un poblado centro del campo, donde Usero hacía la labor de media punta ante el desangelado Oriol Riera.

Mediado el primer periodo, Pepe Mel tuvo que efectuar un cambio, el lesionado Miguel Lopes dejó su puesto a Jorge Molina, y lo que parecía una alegría por la distracción que cualquier cambio de peones de este tipo genera, se tradujo en tragedia, pues a los ocho minutos de estar sobre el césped, el mencionado Jorge Molina hacía el primer tanto de su equipo. Sin tiempo para ver si el Córdoba reaccionaba ante este gol, llegaba el 2-0, en un centro chut de Iriney que se envenenó hasta acabar en el fondo de las mallas de Raúl Navas. Tras este tanto el Córdoba sí mostró su nula capacidad de reacción, y cual boxeador grogui esperó que el árbitro decretara el descanso.

En la continuación, el técnico cordobesista dio entrada a Jonathan Sesma y el equipo adelantó líneas, se vio otra imagen en el equipo, pero lo cierto es que ya iba dos goles por debajo, cuenta que se pudo ampliar en los minutos iniciales, con claras ocasiones de Nacho y Emaná. Con todo, ahora el premio llegaría para los cordobesistas, con un tanto de Jonathan Sesma, tras un buen centro de Callejón. La ilusión se despertó en el cordobesismo, que confiaba en poder repetir la hazaña lograda por el Barcelona B, hace apenas tres días, en este mismo estadio, cuando empató a dos un partido que iba perdiendo por 2-0. Pero las comparaciones son odiosas, y poner frente a frente, ahora mismo, al equipo de Luis Enrique y el de Lucas Alcaraz, resulta complicado, de modo que las mínimas opciones de llegar a las tablas venían más por el miedo bético que por méritos blanquiverdes. Un susto que se encargaría de erradicar Rubén Castro, cuando hacía el 3-1 definitivo a 18 minutos de la conclusión. Ahí murió el partido, porque los blanquiverdes se dieron por perdidos y se conformaron con no encajar un castigo más amplio.


R. Betis-3 Córdoba-1

R. Betis: Goitia; Isidoro, Roversio, Dorado, Nacho; Miguel Lopes (Jorge Molina, m.22), Salva Sevilla, Iriney (Arzu, m.76), Beñat; Emaná (Ezequiel, m.80) y Ruben Castro.

Córdoba CF: Raúl Navas (Alberto, m.54); Gerardo, Tena, Richy, Camille; Callejón, Jorge Luque, Usero (Jonathan Sesma, m.45), Beobide, Arteaga (Pepe Díaz, m.62); Oriol.

Gol: 1-0 (30) Jorge Molina. 2-0 (33) Iriney. 2-1 (55) Jonathan Sesma. 3-1 (72) Rubén Castro.

Árbitro: Lesma López, madrileño. Amonestó al local Beñat; así como a los visitantes Tena, Jonathan Sesma y Callejón.


Fuente: García Román // minuto90.com
Fotografia: cordobacf.com







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