Dos goles de Oriol Riera y Iñigo Díaz de Cerio encarrilan la eliminatoria ante el Racing de Santander
Ese término ahora tan de moda gracias a la crisis llamado productividad: útil, provechoso, en definitiva, aquello del rendimiento final del producto, poco tiene que ver con la cantidad, sino más bien con la calidad. Eso que algunos solo reclaman a la restauración en sus ratos de ocio y no se aplican en sus quehaceres particulares, ha llevado al fútbol de cabeza a una dicotomía economía-prestaciones desde que se daban las primeras patadas bajo talón nominal. Ayer, precisamente, dos de esos muñecos rotos producto del rendimiento bajo sospecha que genera el fútbol, Oriol Riera y Díaz de Cerio, enfant terribles del cordobesismo, incomprendidos por su entrenador en las últimas jornadas de Liga, fueron los grandes protagonistas del 2-0 ante el Racing de Santander en El Arcángel.
Y no es que Riera ni De Cerio jugasen el partido de sus vidas. Para nada. Pero llevaron a las últimas consecuencias la teoría de la productividad que tanto demanda este fútbol mercantil. Pero de poco valen las matemáticas en esto del fútbol. El Racing de Santander, que dirige el ex cordobesista Miguel Angel Portugal, acumuló ayer más ocasiones de gol que los locales y se fue con un 2-0 que le obliga a golear en casa en la segunda semana de noviembre. Y no es que esta circunstancia tan evidente, a poco que uno se entretuviera anoche para matar el frío y a ratos el tedio en apuntar las ocasiones, fuera determinante: el juego ni destacó por su vocación ofensiva ni virtuosismo, más bien por una acumulación de actos reflejos y fallos defensivos que propiciaron el resultado. Un primer gol, el de Oriol Riera, de esos que llaman de manual.
Una acción de calidad de Díaz de Cerio en la banda izquierda, una rosca, una primera línea defensiva en Babia y un remate del catalán marcando divinamente los tiempos suspendido en el aire. El segundo, a falta de un cuarto de hora para el final, fue de otro impecable cabezazo pero del jugador cedido por el Athletic de Bilbao, tras un saque de córner.
Es decir, poco de toque, triangulación y velocidad y precisión en las acciones, salvo, tal vez, un par de ellas con los mismos protagonistas de antes a los que se sumaban tímidamente Callejón y Camille, ayer los dos volantes antagónicos: uno pasado de revoluciones y otro, la mayor parte del tiempo, calado. Quien estuvo sabrá hacer el reparto de roles.
Con todo lo visto ayer no es de extrañar que ni Miguel Angel Portugal ni Lucas Alcaraz se atrevan a dar por solventada esta eliminatoria de Copa del Rey. Ambos saben que si plantean noventa minutos como los de ayer, cualquier resultado es posible y, seguramente, con una saca de goles a la espera. Habrá que agradecer a ambos entrenadores su intención de no encorsetar el partido; a los jugadores, de no haberlo convertido en un alarde de tensión competitiva ni esfuerzo por mantener el empate inicial, algo muy recurrente en esta competición del KO. Solo un pero, la exasperante tendencia de Alcaraz por no cambiar de guión pese a las circunstancias. La semana pasada, tras el empate con el Tenerife, fue advertido por su propensión suicida con un marcador a favor; ayer, con 2-0 y un Racing apretando, regaló unos minutos a Charles y a Dañobeitia. Otro riesgo innecesario. Pero ayer sí valió. Cosas del fútbol.
Goles: 1-0 (25´) Oriol Riera anota de cabeza tras un perfecto centro de Díaz de Cerio desde la banda izquierda.
2-0 (74´) Díaz de Cerio marca de cabeza a centro desde el córner de Jorge Luque.
Arbitro: González González, muy protestado. Amonestó con amarilla a Agus (28´) y Alberto (90´), por el Córdoba, y a Henrique (27´), Ponce (31´) y Ariel (61´), por el Racing de Santander.
Incidencias: Partido de ida correspondiente a los 1/16 de final de la Copa del Rey, celebrado en el estadio El Arcángel ante 5.358 espectadores.
EL MEJOR:
ORIOL RIERA
El atacante del Córdoba se mostró anoche muy activo y logró abrir el marcador con un certezo cabezazo a pase de Díaz de Cerio.
Fotografia: cordobacf.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario